jueves, 8 de diciembre de 2011

SOY MAS LIBRE SI CONTROLO MIS EMOCIONES


 “Cualquiera puede ponerse furioso... eso es fácil. Pero, ponerse furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto, y de la forma correcta...Eso no es fácil“- Aristóteles

Es importante hacer que nuestras emociones trabajen para nosotros (Weisinger, 1998). Si somos capaces de manejar nuestros sentimientos y expresarlos adecuadamente, triunfaremos en la vida, en los estudios, en el trabajo y seremos mas libres. De lo contrario, hay veces en las que nuestras emociones, pueden impedir que seamos felices.

Saber manejar las emociones, nos permite mantener y mejorar nuestras relaciones con la familia, con los amigos y con las demás personas que nos rodean. Por ejemplo si un amigo nos insulta, podemos reaccionar enfadándonos y tener miedo de no controlarnos y poder perderlo. Pero también podemos actuar intentando comprender, por qué se ha enfadado y hablar con tranquilidad para que nos diga el motivo de su enfado.

La ansiedad es un miedo generalizado, que puede aparecer, por ejemplo, ante una mala noticia, como cuando suspendemos un examen, o no conseguimos algo que nos hemos propuesto. En estos casos, se nos acelera el pulso, se eleva nuestro ritmo cardiaco y podemos reaccionar negativamente. Si por el contrario, somos capaces de damos cuenta de esta situación y podemos relajarnos para ganar tiempo y reaccionar de una forma mas aconsejable.

Una fuerte discusión con alguien muy cercano a nosotros, puede hacer que reaccionemos de una manera que lamentaremos posteriormente, cuando nos demos cuenta de lo que ha ocurrido y como hemos actuado. Por eso tenemos que aprender a ser conscientes de los sentimientos propios, a aceptarlos y a utilizarlos para beneficio nuestro y de los demás.

Goleman considera que el “dominio de uno mismo”, es el inicio de todo lo que se produce en nuestras relaciones con el entorno en que nos movemos. Esto significa que el control de nuestras emociones empieza por los elementos relacionados con “nosotros mismos”, es decir, todo lo que pueda contribuir a conocernos mejor, superar nuestras limitaciones, para después manejar nuestras relaciones con los demás.

Si somos capaces de reconocer nuestras emociones y sus efectos y sabemos nuestros puntos fuertes y nuestras debilidades, podremos manejar adecuadamente las emociones y los impulsos que puedan resultarnos perjudiciales. Es importante asumir la responsabilidad de nuestra actuación personal y mantener normas de honestidad e integridad con nosotros mismos, que nos permitan encontrar fuentes y tendencias emocionales que puedan facilitar la obtención de nuestros objetivos (automotivación).

Estas habilidades tienen una secuencia lógica, actúan “en sistema”. Si no logramos primero conocernos bien a nosotros mismos, nuestras emociones y los posibles efectos que puedan ocasionarnos, no podremos tratar de controlarlas para, después, encontrar fuentes y energías que puedan motivarnos para seguir adelante.

Manejar las relaciones con los demás, incluye captar los sentimientos, necesidades y preocupaciones de otros (empatía) y desarrollar “habilidades sociales” como la persuasión, la capacidad para escuchar activamente y transmitir mensajes claros y convincentes.


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